Fran Alvarez

DRANIA: EL DRAGON ECANTADO


En un Tiempo legendario, en el que los dragones dominaban el mundo y en la que los humanos aun no habitaban la tierra, existieron seres mágicos y tenebrosos, bellos y viles, heroicos y malditos.
 Es en esta época, que traigo a ustedes una historia en especial, una olvidada y relegada al olvido, que es, para los celadores del conocimiento ancestral, de nuestros orígenes, la más importante de todas, pues es la historia del origen de nuestra raza.
Esta historia es la de Drania, el dragón encantado.

CAPITULO UNO: UN DRAGON JOVEN

La tierra era hace muchos siglos, un paraíso, un lugar bello para los seres que lo habitaban, sin embargo toda esta belleza tenía un caro precio, como siempre la supervivencia ponía a prueba a cada instante, la astucia, el temple y la fuerza de sus criaturas.
Era la tierra mayormente poblada por frondosos bosques llenos de vida.
Pero existían lo que llamaban, Los espacios Negros, contrastes extraños en un planeta tan hermoso, manchas oscuras como agujeros negros, que se tragaban la luz alrededor, oscuridad de la que ningún ser que haya entrado, salió jamás.
Es en uno de estos bosques que habitaba una familia de Dragones, eran estos descendientes del Vuelo  de Roble, pues sepa el lector que los Dragones en sus orígenes se dividían en Vuelos, de acuerdo a las hazañas logradas por los antepasados.
Era la familia Roble de Xerox, una de las pocas sobrevivientes de este legado, ya los Vuelos habían sido olvidados, los dragones estaban en paz demasiado tiempo, olvidando poco a poco los sacrificios hechos por los padres de los padres para traer armonía a la Tierra.
Era Drania el hijo de esta joven familia, un dragón de tres lunas, receloso,  ávido de aventuras y viajes.
 No obstante, el fuego de su corazón, o la vida cotidiana de Drania no tenía nada de especial, cargado de muchas obligaciones y responsabilidades, que no revestían mayor emoción en la vida de nuestro joven Dragón.
Los padres de Drania se llamaban Xerox y Zania.
El padre era rígido e inflexible pero amoroso y paternal, cuando tenía tiempo para serlo. La madre sin embargo era alegre y juguetona, sin embargo tenía el carácter más fuerte de la familia.
Todos los días Drania era llamado a colaborar en las labores de rutina familiar: un día ya para cuidar, que no se acercara ningún animal extraño, cerca de la cueva, otro día, para acompañar al padre en la búsqueda de alimentos o ayudando a su madre en la limpieza de la cueva.
Sin embargo en su corazón Drania quería ser libre de estas responsabilidades y explorar el mundo sin importarle los riesgos y consecuencias, solo para poder experimentar las brisas del mar, los truenos en la tempestad de la noche o simplemente para conocer más a las criaturas del Bosque Ardam.
El bosque Ardam era el límite de los dominios del Padre de Drania, nunca se le mencionaba a Drania nada respecto de este bosque, nunca había entrado en él, solo sabía, que si se acercaba seria duramente castigado, dejándole sin comida o sin posibilidad de salir fuera de la cueva por semanas.
Pero de persistir su curiosidad  estaba seriamente reconvenido respecto de las consecuencias.
Si el porfiaba en desafiar a su padre, este le dijo, una vez y solo una vez:
¡Drania, juro por la memoria de nuestros antepasados, que no se te enseñara el dominio del fuego, hasta que no aprendas a obedecerme en las ordenes tan simples que espero puedas seguir¡
Drania, frenaba su instinto rebelde y salvaje por fin de aprender el arte de controlar la esencia suya.
Pasaba así las noches Drania esperando el día,  para la “Iniciación de Fuego”, paciente y a la vez ansioso, pues aún faltaban cuatro lunas rojas para el ritual, que eran dos años, para que pueda estar listo y participar en la prueba de “Duelo de campeones”, y así poder ser llamando Dragón Libre.

***
CAPITULO DOS: ORIGENES

En este punto el lector se preguntara que es la “Iniciación del Fuego”, pues para explicarlo debemos remontarnos algunos siglos atrás, a nuestra historia, cuando los dragones aparecieron en la tierra.
Luengo tiempo antes de nuestra historia, en el universo existían unos seres oscuros, llamados Nendrins, seres corruptos y malignos que solo deseaban devastar el universo, para pelearse, por los despojos una vez destruido todo.
De estos seres, era uno de los más temibles, El Gran Visir del Ocaso: Nuna, que después de perder la Gran Guerra de Altrinor, se refugió en la tierra, para huir de su deshonra al tratar de conquistar los Reinos Libres de Heronnor, un lugar parecido a la Tierra pero más esplendoroso, y con más poder, acumulado en su faz, al tener ya muchas más eras que la Tierra.
Este Visir llego a la tierra en su era glacial. Estaba herido de muerte, pero antes de exhalar su último aliento de frialdad y desolación, decidió concentrar todo su odio en un su propósito nefasto.
 Lo primer que cautivo su sed de maldad fue un animal, uno  que habitaba la Tierra desde su inicio gélido, uno que era resistente a todo, un animal de supervivencia,  muy peligroso y hostil, era el oso de hielo.
No vio ni busco más en esta tierra, era  el prototipo perfecto para un ser fuerte e incansable pero para el Visir solo le faltaba algo: su esencia, fue así que sacrificando lo último de su halito vital, poder que le hubiera dado algunos años más de vida, realizó un ritual prohibido: el Actem, un ritual en el que el sacrificaba su entrada al otro mundo, y decidía por propia voluntad dejar de existir en cuerpo y espíritu.
A cambio de tal sacrificio su poder se traspasaría a cualquier ser de su  elección, era este su talento único y derecho al ser descendiente de los Soles de la Creación.
Y, fue así como en el ritual paso su esencia maligna a los osos de hielo.
Pronto los osos de hielo desarrollaron más fuerza, más inteligencia y sed de sevicia, sintiendo y sabiendo siempre, que su padre los había hecho nacer con un propósito: devastar el universo conocido.
Fue una época terrible para la tierra: palacios de hielo teñidos de sangre por los seres inocentes de la tierra, ejércitos de miles de seres de la tierra sacrificados solo para la codicia de los Reyes Osos, nadie ni nada se oponía a su maldad, a su poder, a su fuerza.
Pero nada puede durar para siempre.
La tierra se desgarraba por dentro con la sangre de sus hijos, aun los Osos de Hielo, aún con su maldad era hijos. Y por este motivo la Madre Tierra, en el lugar más poderoso del planeta, la  Madre Tierra Naisha, hizo su sacrificio.
La Madre Tierra Naicha, era un ser prohibido de actuar en contra de otros seres y si lo hiciera seria condenada a la muerte pues su única tarea encomendada era dar vida en los lugares más áridos, vacíos, duros y difíciles  del universo, como lo era la Tierra antes de su arribo.
Su tarea no había terminado en la tierra, pues debía ella esperar muchos tiempo antes de dar vida, a otro ser, a otro que se creía pondría paz en el universo: el hombre, si no lo hiciera, sus otras hermanas lo harían. SI Naisha se desviaba de su promesa seria condenada al olvido y nadie mencionaría su nombre jamás. Todo lo que habría podido crear, en siglos de evolución y espera, en vida, en el acto, sería aniquilado y todo comenzaría de nuevo.
Naisha estaba devastada por que sus creaciones, sus seres; los lobos de hielo, los colibrís helados, los arboles de cristal, las hadas de nieve, y todo lo que había demorado siglos en perfeccionar y cuidar era aniquilado por la Maldad de los Osos de Hielo.
Pero Naisha no se quedaría a ver pasar lo siglos, hasta que lo Osos, de tanto pelear y odiar se extinguieran a sí mismos, ¡no!, no podía, ella hizo lo impensable: Se fue al centro de la Tierra, donde el fuego y la lava, energía del planeta, mostraban el corazón de la Tierra,
Fue allí que sacrifico todo el amor por lo que había creado, para dar vida a un ser que fuera la encarnación de tal amor y sacrificio. Ella se entregó a la muerte para dar vida.
Se sintió un temblor en la tierra, luego ocurrieron muchos terremotos en el mundo, luego la calma, dejo a todo ser de la tierra esperando….
El sacrificio de Naisha, se transformó en un volcán, que nació del seno mismo de la tierra de su centro, un volcán que escupió lava y arraso bosques helados completamente.
De este volcán nacieron huevos de fuego, eran el regalo de La Madre para su mundo antes de desaparecer: eran los dragones de fuego.

 

All rights belong to its author. It was published on e-Stories.org by demand of Fran Alvarez.
Published on e-Stories.org on 06/27/2014.

 
 

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