Manlio Fabio Jurado Hernández
EL ALUMNO FASTIDIOSO
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EL ALUMNO FASTIDIOSO
Era el año de 1993, yo era Catedrático de la asignatura de Derecho Positivo Mexicano en una Escuela Preparatoria pariticular incorporada a la Universidad Nacional Autónoma de Mèxico;,el alumnado de la Institución, en general, no eran estudiosos ni ordenados; sin embargo, imponiendo la autoridad un profesor estricto como lo era el que esto escribe, se les podía controlar, no obstante lo anterior ,en uno de los grupos en el que yo impartía la materia, había un estudiante especialmente molesto, que no permiía que se pudiera desarrollar la clase, distraía a sus compañeros quienes con la mínima provocación. empezaban a hacer desorden; el alumno fastidioso de referencia era un joven atlético, que usaba tatuajes, de cara burlona y retadora, relajiento, lo que agradaba a varios de sus compañeros.; incluso se notaba que tenía suerte con sus compañeras.
Un día, en el que yo no me encontraba de buen humor, impartía la cátedra en el grupo del fastidioso alumno, quien desde aproximadamente a la mitad del tiempo de la clase, comenzó a interrumpir , diciendo babosadas y burlándose, le llamé la atención, no obstante lo anterior, el alumno continuó molestando, y lo toleré hasta que "estallé" enojado y lo corrí de la clase, agregando que yo iría a hablar con el Director de la escuela para que lo sancionara o de plano lo expulsara, el tipo sonrió cínicamente y con cara retadora me dijo: "ya veremos a la salida"; y toda vez que me dí cuenta de que quería exponerme ante el grupo le pregunté: ¿Es una amenaza?, conrtestando el alumno: "pues usted sabrá", reconozco que sentí temor , pero no podía acobardarme ante el grupo le dije:"no me asusta y haga lo quiera"; entonces el concluyó: "lo espero en el callejón de a la vuelta". y salió del salón de clase dando un portazo.
Reconozco plenamente, que actué visceralmente y que una actitud inteligente hubiera sido la de manifesfestarle que no le tenía miedo pero que yo era un profesor ; que no iba a caer en su juego, y después hablar con el director de la escuela para exponerle el problema ; pero las cosas ya se habían dado así y no había marcha atràs , además no podía a quedar en ridículo con el grupo.
Como ya no hubo remedio , al terminar mis clases, salí de la Institución, donde ya me esperaba más de medio grupo para acompañarme a enfrentar al tipo, entonces me dirigí hacia el callejón,divisándolo a distancia con las manos en la cintura, y a medida que me acercaba a él mi corazón latìa más y más fuerte, al pensar en enfrentarme a golpes con semejante cabrón, pero no podía echarme para atrás, finalmente llegué cara a cara con dicho individuo, quien sonriendo ampliamente me dijo: "Profesor: "¡Discúlpeme po favor!" y me ofreció la mano y se la acepté ( sintiéndo que se me bajaban los testículos de la garganta) ; de inmediato todos los compañeros presentes gritaron y lo abuchearon, y acto seguido los apacigûé, manifestándoles que en vez de abuchearlo deberían aplaudirle porque es muy difícil que los humanos reconozcamos nuestros errrores y el lo hizo, es decir, con su actitud reconoció haberse equivocado , no por miedo a mi persona, sino porque meditó y recapacitó que había actuado mal; que debían tomar este acto como una lección.
Curiosamente con el tiempo, el alumno antes fastidioso, entendió y cambió totalmente su comportamiento al grado de que nos hicimos amigos.; y asimismo influyó para que el grupo que constaba casi de 50 alumnos, pusiera más atención en mi clase,, estudiaran y que pudieran aprobar en su mayoría, la materia.
FIN
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Published on e-Stories.org on 01/17/2018.