Angels Vinuesa Fernandez

REFLEXIONES EN LA ULTIMA ESTACIóN DE LA VIDA

 

 

Nota de la autora;

 

Una mujer diagnosticada de una enfermedad mortal, hace reflexiones sobre la vida, los hijos, los amigos ...

 

 

Soy mujer, tengo  cuarenta años y tengo cáncer.

 

Seguramente  no lo tendría que haber  ordenado así, pero me ha surgido espontáneamente.

 

 Es el momento de hacer una reflexión sobre  las grandes gestas de una vida.

 

 Las mujeres deberíamos  evadir de nuestros pensamientos, los sentimientos de obligatoriedad y el reconcomio de culpa por todo. Porque esencialmente estas impresiones no nos dejan desarrollarnos.

 

Nosotras no somos garantes de todo lo que ocurre en el mundo, ni tampoco  hemos de remediar  todos los inconvenientes que nos acorralan. Enmendemos aquellos que nos tocan de cerca  y comisionemos los que no podamos remediar.

 

Los hijos, cuando son menudos nos requieren, pero hemos de cavilar, que  los hijos, son patronos  de ellos mismos, no una prórroga de nosotros. Son personas privativas.

 

Es competencia nuestra  hacer hombres y mujeres independientes y solidarios, no vasallos de nosotros  toda la vida. Es competencia velarlos en la salud, pero  hemos de instruirlos a atenderse a así mismos. Hemos de ubicar sus raíces, asentados en el amor y el respeto. Pero no podemos trabarlos a nosotros  toda  una existencia..

 

Ellos, los hijos, han de aprender a  vivir su propia vida  y no la nuestra. Es difícil romper el cordón umbilical, ya que tenerlos  a nuestro lado, bajo nuestra protección nos da deleites increíbles. Pero si no los dejamos libres, no podrán hallar por sí mismos, su propia felicidad.

 

Nosotras, hemos de  encontrar aquella pequeña  brecha para continuar con nuestra vida. No podemos quedarnos cegadas psicológicamente en nuestro rol de madres. Nosotras somos personas y mujeres.

 

El rol ha de ser más amplio.

 

Nuestro universo es el suyo, y en su cosmos nosotros solo estaremos un tiempo decretado. Parece indebido, pero es la dura realidad. Y si nosotras no estamos preparadas para esta disociación, nos quedaremos huecas, y nuestra vida no tendrá ningún sentido. Nos hundiremos en las sombras.

 

No hemos de perder el norte de nuestra embarcación. En ella escalarán muchas personas  que habitarán con nosotras algún tiempo de nuestras vidas. Pero el  buque  llegara a diferentes puertos y allí bajaran unos y subirán otros. Si nosotros  no tenemos la fortaleza para  navegar  hacia donde nosotros queremos. Las personas  que suban a tu embarcación, la harán zarandear. Y si  tenemos el rumbo bien establecido, las personas   que  coexistan contigo, te darán muchas  experiencias que te harán crecer, no derrumbarte por su partida.

 

Lo más importante  es que siempre guardes un pequeño  lugar, para proteger tu intimidad, aquella que no quieres participar, es tuya, y posiblemente  se  aplastará  en las olas del océano o quedaran encubiertas para siempre dentro de un arca  en el fondo marino.

 

¿Porque no?. Nuestros secretos, aquellos más íntimos, aquellos solo nosotros sabemos. Les han de saber los demás ¡No, necesariamente!

 

Tenemos todo el derecho de mundo a retenerlos, a  guardarlos y que se nos respete por eso. Esa es nuestra libertad, porqué la manumisión empieza por  nosotros mismas. Tener libertad y dar independencia, es difícil  entender esta razón  y más de apostarla a la práctica.

 

Somos  las amas de nuestra persona, pero nunca de  los demás. Cada uno es  dueño de su propio cuerpo, de sus propias decisiones, de sus posibles fallas.

 

¿Tiene alguien la autoridad de decirnos como debemos actuar?¡ No!. Y si alguien se cree, que pueden decidir sobre ti mismo  sin o con tu consentimiento, es que le están limitando tu libertad. Es nuestro libre albedrío, que por eso nos lo procuraron. Es lo único que nos diferencia del reino animal.

 

Los demás, han de honestarnos y jamás,  bajo ninguna circunstancia hemos de dejar  que  alguien nos pierda el respeto.

 

 Nunca nos hemos de dejar amedrentar por nadie. Y si alguien, se cree con el derecho de hacernos perjuicio, tanto física como psicológicamente  es que nosotros damos ese permiso.

 

Si tenemos claro que nosotras podemos decidir sobre nuestro destino, sea equivocado o no, bajo ninguna circunstancia  debemos  consentir, que nadie decida el nuestro.

 

Hemos de tener un talante activo con responsabilidad y madurez.

 

Es  muy fácil echar la culpa a los otros, hacer pagar a los demás  por nuestros pecados. Si la erramos, hemos de ser consecuentes con ello.

 

En definitiva es nuestra providencia, no la de los otros. La vida no es un camino de rosas y posiblemente en el lapso de ella, habrán muchos bretes. Pero nadie dijo que tenia que ser factible, cómodo o fácil.

 

En  el tiempo  que vivamos, tendremos que ir decidiendo. ¿Quien sabe con convicción que elegimos convenientemente?

 

Nadie tiene esta certeza, posiblemente muchas veces nos equivocaremos y también es cierto que en muchas ocasiones sufriremos. Pero hemos de sacar fuerza de flaqueza y tirar hacia delante.

 

 Esta larga travesía, a veces nos proporcionará momentos difíciles. Todo depende de nuestro estilo, si  eres  emprendedora  y creativa  solo veremos que  son fases que hemos de descollar. Si nos postramos, damos fuerza a los otros, Ellos entonces nos llevaran  delantera y nos dominarán,  y por lo tanto seremos cautivas del destino.

 

Henos de trabar  las  maromas de nuestra vida  y por muchas borrascas, vendavales que lleguen a nuestro barco, sabrán  salir con la cara gallarda.

 

Es indispensable que nos formemos, que nos preparemos en diferentes terrenos. Solo tiene miedo el ignaro.

 

El discernimiento de las verdades de la vida nos dará  evidencia  e utensilios  para combatir en todos los terrenos.

 

Sin armas no se ganan las batallas, por mas voluntad que pongas. Sin estrategia no se ganan las guerras, en él supuesto que éstas tuviesen que existir. Sin  poderío  no se avanza en el camino. Pero la fuerza ha de germinar de dentro de uno mismo. Esta pujanza se consigue a medida que vayamos superando ensayos. Es mejor tener el soplo de un deportista para tener una vida saludable. Uno de se ha de aleccionar para hacer frente a los inconvenientes  y se ha de abatir muchas veces, para volverse a levantar.

 

Que seria una vida fácil sin las trabas. Este camino tan simple no existe al menos en este mundo.

 

Vivir o quizás sobrevivir, este es la  disyuntiva. Vivir con todas las implicaciones, consecuente y de una forma comprometida

 

No podemos salvar la vida de puntillas. Hemos  de pisar fuerte. Saber jugar, y también muchas veces saber perder.

 

Pero nunca jugueteemos de farol, en esta jugada de póquer que es la vida. Intentemos ser legítimas con nosotras mismas, francas con nuestras  restricciones, conocedoras de nuestras contingencias, de nuestra fuerza hasta el término de los días.

 

La vida no es de los fracasados, los triunfadores llegaran  al desenlace de la carrera. Hemos de saber cual es nuestro fin  y hacer lo posible para llegar.

 

 No podemos brincar al juego de los otros, ni tampoco ser clónicas de nadie. Cada persona  en si misma es una unidad existencial, y por muchos que  pretendiéramos plagiar a los demás, nunca seriamos semejantes.

 

Eso no quiere decir que  nos tengamos que condescender con poca cosa. De ninguna forma. Solo hemos de guerrear por aquello que aspiremos, por lo que resolvemos que será mejor para nosotros, no lo que será mejor para los demás, porque cuando agonicemos, los demás seguirán viviendo y con el tiempo de olvidarán de  nosotros..

 

Cuando una es consecuente que su ciclo vital sé esta consumando, es cuando hace un insondable análisis de conciencia. Posiblemente porque ya se ha redimido de los temores que  nos bloquean a las personas. Es cuando posiblemente  esa sensación de libertad interna  nos  permite, un estallido de ganas de decir las cosas por su calificativo.

 

No tiene desasosiego de sus secuelas, posiblemente  porque conoce que  la tuya esta muy conurbana a su conclusión.

 

 Tienes cognición que  todo es circunscrito  y  solo coexista algo que no puedes canjear.. La muerte.

 

Esto te da ímpetu para  decir  en voz alta, que todas las demás, las que  nos amarran a la vida  las podemos permutar.

 

La muerte solo es un paso mas allá. Es posiblemente que  tu barco ya ha llegado a un puerto estable. Y cuando más ganas tienes de vivir, mas se te  malogran los ímpetus.

 

Es, en aquel momento, en el  que la tormenta  explosiona, y las lágrimas como la lluvia, comienzan a salir  de una forma implacable. Porque las lágrimas no son más  que una forma de amparo, en contra de lo improbable  que nos cae encima.

 

 

Utilicemos nuestros sentimientos auténticamente. No han nada más reconstituyente que el amor, no hay nada más demoledor que el desamor.

 

Por amor se  erigen castillos, por odio se pueden asolar civilizaciones.

 

 Por amor a veces se  conmutan las cosas que  son inmutables. El amor  gira  circundando a las personas, concibiéndolas más fuertes, más clementes.

 

El desamor derroca la parte mas intima de cada uno, nos hace sediciosos y esta destrucción se retorna como un boomerang, regresándose contra nosotros mismos,

 

.......

 

Estoy rebasando al final de mi camino, esto me pesa como una lápida. Es como el escalador  que llega a la postrimería de su aventura, siempre cree que existirá un prodigio y logrará descender de la cúspide sin albures.

 

La tristeza asalta mi alma, desde  él más recóndito de mis pensamientos, querría tener los impulsos precisos para  tirar hacia delante.

 

Si culmino todo esto  seguro que  sonreiré de este aciago momento. Pero en estos momentos  me  adhiero con las mujeres que, como yo, se topan en escenarios análogos  o parecidos.

 

Porque uno, puede matarse de muchas formas, no solo  de cáncer. Hay mujeres que se linchan cada día  por los  argumentos más cotidianos. Que se dejan  llevar por un río de comodidades  y que sucumben como individuos, pasando a ser solo marionetas, de sus maridos, de sus hijos, de la sociedad..

 

Hay una diferencia entre ellas y yo.

 

 Ellas podrán despertar de  una pesadilla  y volver a emprender. Yo no creo que tenga  nueva coyuntura.

 

Para aquellas personas que  padecen  los desafueros en su propia carne, para aquellas que no están de acuerdo con su forma de vivir, para aquellas que han renunciado a  luchar, para las que se condescienden con todo. Yo les diría que despierten, que el barco  que en estos momentos de su vida esta atollado en alguna cala de su historia, o quizás vagabundea por un océano de vacilaciones. Que le pongan combustible,  y den fuerza a las maquinas.

 

 ¡Todo a babor!

 

Que la vida continua y que  en el mejor de los casos, aquel universo en el que están viviendo no es el mejor que pueden hallar.

 

Existen otros firmamentos fuera del nuestro cotidiano. Que  no tengan recelo. Que el  miedo solo da ineptitud  e embarga las acciones.

 

Los bienes materiales se pueden adquirir, el dinero no es traba, los bancos están llenos de el. Solo hace falta requerirlos.

 

Las ideas no se compran en un mercadillo. Las ideas se van formando en nuestra mente  y nos dan la fuerza. Nos hacemos mejores pero sobre todo nos da mas tranquilidad.

 

No existe la felicidad completa, pero sí los ensayos de ésta. La vida esta llena de  instantes de felicidad. Solo hace falta  vivirlos intensamente  como si  fuesen los últimos soplos de nuestras vidas.

 

El futuro no existe, y si nos empeñamos  en vivir del pasado, el presente saltará sin darnos cuenta. Vivamos el presente como su fuese imprescindible  para continuar viviendo. El futuro se hará solito.

 

Pequeños escenarios hacen la vida agradable y él computo de muchas  pequeñas realidades, nos darán una gran felicidad. Todos a nuestra manera somos un poco imperfectos. Sigamos luchando para mejorar.

 

Abandonemos las dificultades, las situaciones que nos apesadumbran y atendámonos  de nosotros mismos  y de nuestro entorno.

 

Existen momentos completamente celestiales, escuchar música, y sentir como las notas resbalan por nuestro cuerpo, leer un libro como si tu fueses la protagonista, darte el placer  de regalarte alguna dádiva, regocijarse de la compañía de un amigo, salir un día de primavera  y oler el perfume de las flores.

 

 Hay tantos  contextos que se nos escurren desapercibidos, que nos perdemos, que si por un momento hicieses, un alto en el camino y empezases  a recapacitar en ellas,  te estirarías  de los cabellos, rumiando en aquello que hemos perdido en el camino. .

 

¡Soy una mujer, tengo 40 años y tengo cáncer!

 

Ahora  soy consciente, que era la forma mas ajustada de decirlo. Es su orden. Hay dos realidades que no cambiaria por nada del mundo.. La tercera batallaré por transformarla.

 

Angels Vinuesa

 

 

 

 

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Published on e-Stories.org on 05/29/2006.

 
 

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