Querida Claudia,
Me dio una gran alegría recibir tu mensaje. ¿Sabes qué? Me llamo Julio. Habrá sido cosa del destino, ji, ji. Yo lo de “Querida” lo digo de corazón porque he leído tantas veces tu mensaje que ya no puedo dejar de pensar en ti, <3. He visto fotos de tu pueblo en internet, es realmente bonito. Pero perdona que te diga, como el mío no hay ninguno :-P. Es de calles empinadas, no muy grande, pero sí más que el tuyo. Además, tenemos castillo, y aunque queda poco de él en pie, le da un toque majestuoso al estar en la cima del monte. También tenemos un recinto rectangular de tierra para cuando se celebran torneos medievales. Sí, sí, como lo oyes. Se organizan justas, con lucha de espadas a pie y enfrentamientos a caballo y lanza. Cuando lo ves, te parece vivir unos siglos atrás.
Es sorprendente cómo me conoces. Me pasa que, enseguida se me va el santo al cielo y la mente se ausenta por momentos. Ya ves, parece que estamos hechos el uno para el otro, como si en tu carta te estuvieras dirigiendo realmente a mí. Tu pueblo tiene el encanto de las piedras negras y lo recogido que es. El aire de la sierra será más fresco que el de aquí, que estamos en un pequeño monte en medio de una meseta. No te quiero poner los dientes largos al decirte que se ven unas puestas de sol maravillosas, como si cayera un manto cálido sobre los sembrados, dando a la tierra un tono anaranjado que parece de otro mundo. Ya las veremos juntos. ¡Ni peros, ni peras! te vienes y punto ;-). ¡No te vayas a sulfurar! Aunque conmigo “no problem” porque no fumo... (lo pillas, ¿no?). No me importa que seas una chica de carácter, a mí me viene bien porque soy tranquilo y es raro que me altere. Otro seguro que te pondría en tu sitio, si no os tiráis antes los trastos a la cabeza.
Déjate de pretendientes “guiris”. La novedad atrae, pero eso se pasa rápido, ¿y luego qué? Yo soy español de pura cepa, ¿no es eso lo que querías? Pues ¡adjudicado! Además, somos casi vecinos. Con unos prismáticos igual podría ver tu pueblo, aunque las montañas están por medio y me van a estorbar. Te sigo hablando de mi paraíso, porque si vienes aquí, será como si viajases en el tiempo a la Edad Media. Aquí vivió un famoso clérigo que escribió un libro archiconocido de nuestra literatura que seguro que conoces. Mi pueblo también está considerado como uno de los más bonitos de España. Aún quedan restos de la muralla que rodeaba la villa. Una de las puertas de acceso sigue en pie y ha sido restaurada. Se mantiene perfectamente conservada, con sus almenas y torreones de vigilancia. Le da un encanto... las banderas ondeando y el contraste de luz y sombra de las casas con el sol de la tarde... una foto allí siempre queda bien. La plaza del pueblo es enorme y el mapa del mismo está tallado en piedra en una de sus muros. Las casas también lucen con muchas flores. Estoy seguro de que te va a gustar porque es a lo que estás habituada.
En la parte de arriba hay unas ruinas de una iglesia que aún conserva un arco y murallas con ventanales. Si continúas subiendo hay varias esculturas, una de ellas dedicada al Arcipreste, muy cerca de lo que fue su casa. Desde ese mirador ves como el paisaje se pierde hasta el horizonte y si bajas la vista, ves los tejados de las casas y las calles estrechas que se escabullen en continuos requiebros. Es un lugar muy tranquilo. En verano pasamos mucho calor, pero en invierno el monte se viste, en ocasiones, de blanco. Aquí el clima es algo extremo.
La iglesia del pueblo está en la parte más alta de lo que son las viviendas, porque el monte continúa para llegar al castillo. Desde allí puedes ver todo el paisaje alrededor, como si estuvieras en la cima del mundo. Seguro que tu oscura melena la mece el viento y luces a tu máximo esplendor. Porque eres morena, ¿verdad? Si no, vete sacando número para la pelu. ¡Que todo no va a ser lo que tú digas! De lo que sí estoy seguro es que tienes el pelo rizado, ¿a que sí? Con ese carácter no podía ser de otra forma. Donde se ponga una morena... sin desmerecer a nadie, ¿eh? Todas sois bonitas, cada una a su manera. Pues me dejaste con las ganas de verte. Ya podías haberme enviado la foto. ¿Y por qué te apretaba de arriba? ¿Se te había quedado pequeño el vestido? Es solo curiosidad, la imaginación es traviesa.
Cualquier tarde me acerco a tu pueblo y te veo en vivo y en directo. Igual me planto allí antes que hayas leído este mensaje. Lo vemos juntos y nos reímos un rato.
Yo soy de lo más corriente, a veces doy calambre por alguna subida de tensión, sobre todo si se crispa el ambiente, pero nada de lo que debas preocuparte. Mido 1.80, moreno y de buen porte. El resto te lo imaginas mientras me acerco a verte. Si te hace ilusión, en alguna ocasión me puedo disfrazar de caballero andante, pero tú tienes que hacer lo propio y ser mi Dulcinea. Podríamos ir de excursión al Toboso a pasar el día, ji, ji.
Bueno, pues nada, lo dejo aquí. Tengo muchas ganas de conocerte y estar contigo. Cuando llegue este mensaje a tus manos, las palabras ya habrán tenido tiempo de fermentar y podrás degustarlas en su justo punto.
No se me da muy bien escribir, pero hago mis pinitos. Espero que haya sido de tu agrado.
Te mando un achuchoncito y un beso cariñoso <3.
PD: ¡Ah!, se me olvidaba. Mi pueblo se llama “Hita”. Ya sabes, donde vivió el de “El libro del buen amor”...
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Published on e-Stories.org on 05/30/2020.
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