HOLOCAUSTO ESPIRITUAL
Por el camino de las sombras en la que se refugia el mal, surgió a tus pies el gran hijo.
Sobre volando tu azotea con vestimentas siniestras de capa oscura, para invitarte a su gran fiesta y acurrucarte en sus brazos. El te acogerá como el padre que no te quiere. Te dará todo lo necesario para ser feliz. Siguiendo su sendero de maldad para los que no lo son, y de verdad, para los que vemos lo que no se puede ver, y sentimos lo queremos que fuera, con los ojos del padre que nos dirige, para poder resurgir de su muerte, y salir del gran salón al que fue mandado y autodenominado creador de la eterna verdad.
Su hijo nos enseñará a borrar a los que odiamos y controlar a los que amamos, poniendo a nuestro corazón en nuestra contra.
“Matar a los que odiamos“.
Queremos muerte como solución a la gran indignación que sufre nuestro mundo, por la hipocresía de los dirigentes del equívoco plasmado en nuestras almas insatisfechas de pasión y desenfreno que no encontraremos, aunque muchos lo busquemos. Queremos grandes orgías en las que grandes kilos de cocaína nos eleven a las nubes negras para pintarlas de blanco, con nuestras penas, engaños y decepciones. Mujeres y hombres haciendo todo tipo de aberraciones sexuales, unos con otros. Todas las mujeres con cada uno de los hombres y viceversa. Hombres con hombres. Mujeres con mujeres. Aquí no hay censuras. Querida viejecita, por una vez, haga lo que quiera y no lo que deba. En su lecho de muerte, se dará cuenta del engaño del que ha sido víctima, como todos los demás. Haga hervir aceite y así abrasar a sus hijos y nietos.
¿Quieres su bien, cristiana? ¡¡Pues mátalos y así los liberarás!!
No hagáis caso del sentimiento de culpa que intenta engañar el alma educada por un corazón equivocado. Transforma el remordimiento en placer y el dolor en distracción. Si emprendes el camino de tu autodestrucción, el respeto dominará tú alrededor, y el dolor ajeno enamorará al que anida en tu interior. Debes ver lo que nadie consigue ver, con la vista que el rencor educa, en el trascurso de una existencia amargada.
Cuando sientas el calor de la maldad en tu habitación, ya no será tu casa, y serás parte de él como él lo será de ti. Con compañeros de tu especie os reflejareis en almas puras, elegidos con cuidado, cuidando nuestro destino.
“En la senda del mal, encontrareis el amor que el mundo mortal un día os arrebató”
HOLOCAUSTO ESPIRITUAL “El esperma acorazado”
Flotando por el camino de la sagrada oscuridad, el más fuerte de los muchos guerreros que luchan por ser los primeros en llegar a su destino. Muchos de ellos recorren el río ancho de lava negra por el que, ensangrentados y puros, como no lo estuvieron antes, se esfuerzan por comenzar el principio del fin. Solo uno de ellos será el príncipe de las tinieblas.
Pero mirad a lo lejos, entre los muchos clones calvos de cabeza ancha, avanza victorioso un luchador acorazado, más vistosamente grande y fuerte que los muchos otros. Los adversarios deceleran y abren paso al gran hijo, pues ellos saben que su victoria significará la vida eterna para todos los hermanos.
HOLOCAUSTO ESPIRITUAL “El embrión del mal”
Esperando se encuentra, paciente y agotado, en el interior de la casa oscura, tras haber dejado a sus hermanos. Se acerca, noble y tenebroso, hasta que llegue el momento de la confirmación. Obedecerá las órdenes del gran padre, descartando todo error. Su cuerpo espera la llegada de la forma del gran nuevo líder, para la larga era que avecina al terror.
Levitando en la atmósfera de la madre reina, respirando sin aire, deseando
comenzar.
HOLOCAUSTO ESPIRITUAL “El feto hambriento”
Manos desgarradoras nacen bajo el brillo de una familia de grandes colmillos. Larga melena de pelo negro dará sombra a sus increíbles ojos de fiero felino. Garras en sus manos y en sus dedos de los pies. Pocos meses de dura espera para el gran recibimiento de la salvación eterna, que acecha impaciente la llegada del pequeño príncipe. Luchando con el hambre de su estómago sediento, concediéndole oportunidad a su nueva fuerza, para comenzar la guerra de la necesidad humana.
HOLOCAUSTO ESPIRITUAL “La madre y el padre”
Dos grandes bolas de fuego se abren paso en la gran nada, para que su sacrificio destinado al principio de la vida, conceda el don del lúgubre despertar al afortunado rayo poderoso y sobrenatural, acunado en el milagro de la nueva existencia mortal.
HOLOCAUSTO ESPIRITUAL “El gran hijo”
El gran hijo se siente desdichado en su nueva forma vital, tras el gran paso inevitable, dado para larga estancia por un bien mayor. Un pequeño bebe de espíritu puro, pronto cuestiona la vida con gran sabiduría. Con su corta existencia mortal, sabe que el mandato que conlleva su lugar terminará en destrucción.
¡O él, o el mundo!
Ha de luchar contra el falso amor que le brinda la vida, reflejada de autoengaño.
Dos sentimientos experimentados. Dos entradas a su frente, un camino que elegir. Deberá educar su alma, y así enseñarla a familiarizarse con el dolor, y hacerse amigo del rencor.
Todos son buenos para practicar en ellos su desconfianza. Todos lo son, para hacer sufrir sus mentes. Hacer sufrir aunque no le duela. Abrazará el dolor, aunque al acercarse le queme.
Si el sufrimiento le acompaña desde siempre, conseguirá vencerle, haciendo que pierda su sentido. No dejará que otros le enseñen a sufrir. Si aprende solo, perderá el miedo. Y el miedo es lo único que le puede frenar. El único que evita el nacimiento del deseo humano. Lo convertirá en su amado, y a su enemigo en su esclavo.
Debe pisar, si no quiere que le pisen. Aunque su fuerza sea más grande. Su peor enemigo es el más fuerte. Su peor enemigo es “La Vida”, pura relatividad.
¿Sabe él mundo que su nacimiento no fue realmente su muerte?
HOLOCAUSTO ESPIRITUAL “Triste adolescencia”
El amor le hizo olvidar el sentido de su vida. El amor esconde en su interior al odio y a la traición. Cuando el suyo muera, los verá crecer de las entrañas de la tierra para hacerle perecer. Debe hacer que el odio y la traición formen parte de él, y así ver morir el amor que jamás verá volver.
Pura y simple amistad conlleva a descubrir las propias miserias ajenas que hacen por tocarle y así, hacerle ver a través del tacto de sus dulces manos, que su dulzura es simple simetría del dolor que les ha envuelto en esa manta de maldad contra todo simulado bien que acecha sus almas pisadas.
“El gran hijo reinará cuando el exterminio domine los confines de la tierra”
HOLOCAUSTO ESPIRITUAL “Dulce madurez”
Nervioso sentido que la verdad deposita en tu corazón cansado de luchar por saber lo especial que podría ser el reino en el que deposita los confines de sus más puros pensamientos. Plasmándolos de dolor en lugar visible, sin que nadie sea capaz de encarcelarlos en su prisión de real amargura para sus confines más privados y así, acompañar a la ayuda y acogerla en sus brazos para dar calor a sus adentros más superficiales y escarchados por la intemperie de delgados y azules misterios que revela, al encontrarse lejos y hacer fuerza por intentar llegar poco después de que hayan llegado los demás zumbidos de tierra muerta que encierra el claro camino que domina la entusiasmada creación que ayuda a vivir con relativa e inteligente ignorancia que da paso a la felicidad eterna.
Desdichado está. Desdichado se encuentra. Desnudo sin aire. Desnudo se siente, como si una ráfaga de fuego fuera a engullirle en cualquier momento. Al ritmo de la música muda, que sigue sonando incluso después de apagar la dura mecha que tras él, crece y crece sin aprender lo que hacer. Bebe rica comida liquida solidificada en un mar de fuego y come agua con un sabor tan abundante que le hace llorar. Esa llama negra le hace compañía. Antes de ser apagada le dices adiós, aunque no le encuentre significado alguno. Adiós querida llama, para dar paso a un aroma muy especial que, sin cerrar los ojos le hace soñar. Adiós querida llama. Adiós.
Le cuesta tanto todo que quiere desaparecer sin hacerlo. Le gustaría vivir sin tener que moverse. Ver la vida desde su huevo luminoso. Allí dentro nada le puede pasar. Allí nadie puede alcanzarle. Duele la conciencia de que algo bello se pierde.
Aunque, ¿qué hay más bello que aquella linda niña?
A sus ojos les cuesta respirar cuando ven tanta belleza. Es tan bello estar vivo sin querer hacerlo. El exceso de belleza da paso a la tristeza, pensando por un momento en que eso acabará. Gran dirigente de la gran mentira. Jamás quieren conocerle. Únicamente para matarle. Mal en su boca habla. No quiere hacerlo, pero si su mente habla por si sola, la verdad está allí dentro.
¿Por qué no sacarla hacia fuera?
Quiere que por fin eso suceda de verdad. El caos espiritual del mundo conocido.
El mal dirige el mundo y la gente se niega a admitirlo, escondiéndose detrás de un seto de codicia in humana que mal les aconseja, sin encontrar el asesor que todos los días necesitan.
¿Esto está bien? ¿esto está mal?. Que más da.
Lo que da es rabia de que nadie deje salir el diablo que lleva dentro.
¡Despertad ya del sueño eterno antes de que sea demasiado tarde!
HOLOCAUSTO ESPIRITUAL “Vida eterna sin bondad”
Por qué le prueban si nada pueden probar.
Nada pasa si nunca quieren que pase, si lo que quieren que pase, si pasara no querrían que hubiera pasado.
Se encuentra hundido cuanto más crece. Ya no existe el amor, únicamente el odio. Este sentimiento se ha convertido en su mejor amigo, y le aconseja. Le explica en quién puede confiar. Sin él está perdido.
Es un niño de treinta y tres años y todavía no sabe por qué su vida ha sido como ha sido hasta ahora, y su mente le habla y le hace preguntas difíciles de contestar. La desgracia le persigue, y no quiere que sea así.
Relativamente normal, su vida elige ahora un camino que no sabe seguir, y no sabe si alguien le guiará en el sillón de las sombras, por qué no consigue ver absolutamente nada. Joder, qué pasa. Dios, sea el que sea, ayúdale. Aunque sospecha que él no está de su lado.
Es incapaz de conseguir reconocer su perfil de diablo extendido en años perdidos, creciendo cada vez más.
- ¡¡Señor mío, ayúdame!! – piensa – Creo que alguien lo necesita más que yo.
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Published on e-Stories.org on 11/01/2009.
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