Laureano Ramirez Camacho
el experimento
EL EXPERIMENTO
Despertó encontrándose en una especie de calabozo. Solamente había un par de presos más, y él. Olía a rancio, a moho y a excrementos y cada poco un guardia se asomaba por la trampilla superior y echaba un vistazo, los insultaba o los amenazaba. Emilio José, o Pepe, como le llamaba su esposa, no recordaba cómo ni cuándo había llegado allí, solo que allí estaba y además, muy confundido.
- ¿Qué hacemos aquí? – preguntó a uno de los presos.
- Esperar – replicó entre dientes.
- ¿Esperar qué? – repuso.
- Anda díselo tú – le dijo al otro preso, que yo tengo dolor de muelas.
- Esperamos a que llegue el momento para el cual nos han traído aquí. Es un experimento secreto, nos han lavado la memoria, inseminado y estamos incubando una criatura clonada y transgénica que debemos traer al mundo.
Emilio José, estaba anonadado, flipado…. Y la naturalidad de los otros dos presos aumentaba su desasosiego.
- Y ¿luego qué? ¿nos soltarán? – preguntó de nuevo.
- Nadie ha venido a despedirse y nos ha contado la experiencia – dijo el segundo preso con un sarcasmo fuera de toda duda.
El guardia se asomó, dio dos golpes en la rejilla con su bastón y los dos presos se pusieron firmes y al unísono dijeron en voz alta:
- Darío!! Por ti todo lo daría!!!
- Otra vez, más fuerte! – gruñó el guardia.
Uno de ellos miró a Pepe y le indicó que les imitara. Pepe lo hizo:
- Darío!! Por ti todo lo daría!!”
Cuando se marchó el controlador, Pepe preguntó qué significaba aquello.
- Darío es nuestro amo y señor, y debemos darlo todo por él, incluso la vida si hiciera falta – respondió el del dolor de muelas torciendo el gesto de dolor.
- Pídele un ibuprofeno – le propuso Pepe con toda su buena intención.
- ¿Eso qué coño es?
- Un calmante, antiinflamatorio, quita el dolor de muelas – explicó Pepe.
Los otros se miraron confundidos, y negaron con la cabeza.
- ¿Qué día es hoy? – preguntó Pepe.
- Es la tercera luna desde la nueva. Pronto amanecerá y será el cuarto sol desde la última luna..
- ¿En qué año estamos? – pregunto Pepe.
- Año 355 desde la llegada del profeta – respondió un preso.
- Profeta…año 355….Ostiaputa! – musitaba Pepe en estado de confusión total. ¡los moros están aquí todavía! ¿cómo coño he llegado yo a este lugar en este tiempo si hace un rato, o no me acuerdo cuándo, era el 2.017, y primeros de mayo?
- ¿Cuánto tardaremos en dar a luz al clon? – preguntó Pepe.
- Tres lunas a lo sumo, a veces nace doslunino y sobrevive, según nos dijo una vez el guardia.
- Yo nunca he dado a luz – repuso Pepe.
- Alguna vez debe ser la primera, no? – contestó uno.
- ¿Y luego hay más partos?
- Si eres un buen espécimen, sí. Pero vives bien. Si no….krggggg (hizo un inequívoco gesto de degollamiento).
- ¿Y si eres del montón? – preguntó Pepe preocupado de verdad.
- No sabemos qué pasa entonces. Supongo que te dejarán irte.
- ¿Cuándo se come aquí? – inquirió Pepe.
- No se come, eso perjudica al ser que nacerá.
- ¿Y hacer las necesidades?
- Tampoco es bueno. No te dejan. Si te cagas, la cagaste – rió el del dolor de muelas, haciendo otra vez un gesto de dolor agudo.
Llegó el guarda otra vez y advirtió:
- Si alguno se pone de parto, me avisa de inmediato ¿vale?
- Vale, señor!! – dijeron los dos a coro.
Y repitieron:
- Darío!! Por ti todo daría!!
- Una última pregunta- dijo Pepe. ¿Cómo sabemos cuándo se pone uno de parto?
- Lo ignoro – dijo uno de ellos, pero debe ser parecido al de las mujeres. Los hombres tenemos un parte de la próstata donde es posible clonar seres, y la mujer no la tiene.
A Pepe nada le cuadraba, y lo que menos la fecha y esa tecnología en esa fecha tan arcaica. Se decidió y preguntó:
- Habéis dicho el profeta, ¿qué profeta?
- Darío I, antepasado de nuestro Darío XIX que reina ahora en el nombre de Jemerin- dijo señalando al cielo.
- Vosotros habéis llegado aquí cómo?
- Nos pillaron en una batida, y como estamos en edad fértil, nos trajeron aquí a la fuerza.
- Pero yo? Yo vivo en España, en Sevilla, y estábamos celebrando el primer día de feria cuando me encuentro aquí de repente. No conozco a Darío, vamos ni puta idea y….
- Psssss! – uno de los presos le indico que se callara. Eso implica la muerte. Todos tienen que conocer a Darío.
- Vale, vale – dijo Pepe resignado.
Ahora recordaba algo. Estaba en la caseta “Los cornudos” con sus amigos y fue a por una botella de fino y…nada más. Ahí acaban sus recuerdos.
- Creo que estoy ya – dijo un preso. ¡guardia!
Apareció el guardia y el otro asintió.
- Ahora ya sabes lo que tienes que hacer – dijo el guardia.
Y el preso comenzó a apretar, apretaba pese al dolor de muelas. Al poco me ocurrió a mí lo mismo. Avisé al guardia y me dijo lo mismo y comencé a apretar. Y apreté, apreté….hasta que una voz me dijo:
- Ya lo sabía yo. Primero llamas a Daría y ahora te cagas en la cama. Borracho de mierda!! – dijo la mujer de Pepe indignada.
Y Pepe suspiró aliviado.
- Vaya papa que pillaste ayer, borrachuzo – concluyó la mujer mientras Pepe se descojonaba de risa.
- No te lo vas a creer, pero esa mierda es un clon mío.
- No hace falta que lo jures – dijo ella. Huele igual que tú.
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Published on e-Stories.org on 05/09/2017.